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DE PIEL
Por: Diego Moreno - 2020-06-15

Extractos eroticos de SALSIPUEDES. 

 

"En ese estado de complicidad, Pachilú se dejó llevar hasta la buhardilla que guardaba la temperatua ideal para cocinar pan. Tiene poca lu, le cuestionó, cuando entraron; pero caliente, repuso el otro, y arremangándose la camisa se puso a fermentar con los mismos cuidados con que Lancaster transformaba el mosto en vino y la familia Cardinale fabricaba cerveza con levadura. Veinticuatro horas la tuvo fermentando. De vez en vez le daba vueltas para que se esponjara sin reservas. Cuando aparecieron abejas que se filtraronpor la ventana a medio abrir para que el ardor de la niña del desierto se oxigenara, se le ocurrió que si les desprendía las alitas y las patitas y las mezclaba con Pachilú, tendría una hogaza con aroma de oásis. Se puso a combinarla con agua, aceite, dátiles, nueces, azúcar y sal, las mecló bien y cuando creció unos grados, la embarró con básico, la roció con agua tibia y después de amasarla en el piso, la dejó reposar bajo el tragaluz hasta que empezó a transpirar. Fue entonces que la extendió en la cama. Cuando le puso las manos encimas, la niña tembló sin intentar desprenderse. Con dedos de espátula le peinó la cabellera que empezó a echar humo. Le capeó todo el cuerpo con la brocha de su boca y cuando la sintió a punto, la ensanchó como crepa. La rellenó con todo él y se fundió con ella en crepas de locura" 

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"Los jugos de Copa Lussé reaccionaron la misma noche que entregó la camioneta cuando ella salió a tirar el agua de los trastos. La imagen de la yaqui estirándose movió la memoria de sus células, las que en el pasado saltaran a tierra buscando guarapo de mujer. Se le tensó la nuca y se echó en la entrada ahorrando fuerzas pra el salto, pero su creciente humor de animal de ukña alcanzó el cuerpo de ella. la alertó" 

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"Comprendería que lo verdaderamente enriquecedor de Salsipuedes había sido aprender que el resultado de la vida no era lo importante sino haberla vivido"

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"El cazo le había salido bueno para cocinar pechuguita en salsa de pistacho con la que bañaba a la chica a lo largo añadiéndole papitas de cambray y granos de granada en la melena de donde brotaba una mujer encendida que empezaba a degustar con la mirada"

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"Pero yo quiero más, dale otra vez, y el otro haciéndole entrega como decatlonista, como noble bruto parado, caminando, trotando, a galope, de rodillas, rodando, torciéndose, deshaciéndose hasta que una zanja partiendo la cama separaba los cuerpos"

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"Sus risas escalaron por las fachadas hasta alcanzar el índigo del cielo por donde vagaron hata su buhardilla, hasta el camastro donde le empezó a rozar haciéndole saltar lo primitivo, trabajando como abejorro sobre la miel de sus pechos, aspirando con diez ventosas el polen de su piel, arrancándole llantos callados, recorriéndole con la paciencia que un oso mastica un panal"

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"De la misma forma que viera su padre tomar la resina para calafatear barcos y a él mismo recoger la lija antes de subir a la proa, agarró la lata de manteca y salió. Tomó a Cotoya Cajeme y la despojó de su ropa, la acostó en el tablón que usaba como cargador en el cimbrado y la comenzó a frotar con cuidado de maestro atento a pulir todos los escondrijos de la yaqui"

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"Escuchándole hablar sobre el simbolismo del retorno de Ulises a Ítaca, la belleza que debió haber poseído Elena para encender una guerra en que combatieron y murieron dioses; la pasión de Alejandro por su primo Hefestión y su ataque de celos cuando apareció Bagoas, el bailarín favorito de Darío. Hablaba imaginando el tamaño del berrinche de Cleopatra que hizo abandonar a Marco Antonio en la hora decisiva de Accio"

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"Los caminos tatuados en el pecho de Salsipuedes eran como aspas que machucaban flores que luego se volvían golondrinas; calles de sal trajinadas por hombres quienes desde la primera temporada de caballos se ponían ojeras de apostador ganando para jugar y para volverlo a hacer en un tobogán sin meta; caminos recorridos por Orson Welles boca abajo; caminos sacudidos por el terciopelo de Marilyn Monroe entrando con Joe DiMaggio a la faena de Manolete en una plaza de toros con tendidos hechos de palillos chinos; caminos rosados como el abulón que Delio Carrasco preparaba en abanico con el que muchos hombres hicieron proezas en la cama y otros como Ramón Novaro alimentaron adolescentes trigueños; caminos duros para el avión de Howard Hughes; caminos con luciérnagas acompañando a Dolores del Río en noches abiertas; caminos abriéndose paso entre islotes de cuartos rellenados con hombres de enorme glande y mujeres trabajosas fornicando en Fa sostenido ma non troppo"

 

ENTRE FIDEL CASTRO Y UN ESCRITOR DESNUDO.
Por: Diego Moreno - 2020-06-15

                                                                   Entrevista llevada cabo en La Habana, Cuba el 28 de abril de 2002, publicada en Suplemento Especial en el semanario ZETA de Tijuana, Baja California

 

 

ENTRE FIDEL CASTRO Y UN ESCRITOR DESNUDO. Diego Moreno

 

Estar en una convesación privada con Fidel Castro y cotejarla, palabra a palabra, con el ensayo que sobre su adicción a la palabra hablada escrito Gabriel García Marquez, es lo más cercano a parecerse a un motor sin anticongelante en invierno, en la sierra de Chihuahua: si arranca se desbiela, si no arranca, revienta. 

Tal vez, de haber sabido que iba a vivir la experiencia de una reunión privada de cuatro horas con Fidel Castro en La Habana, apenas unos días después de haber leído "Fidel Castro: el oficio de la palabra hablada" del Gabo, habría bebido un anticongelante. Eso, desde luego, me hubiera echado la vivencia por la borda. Era menester asimilar en seco la alta presión, el magnífico poder de seducción, la mirada de águila, la fragilidad de la voz, el inicio de una conversación que uno vislumbra dónde comienza pero nunca dónde termina, pero sobre todo, percibir en corto la oculta timidez del Comandante.

Dice el Gabo que ha visto a los mas aplomados perder el dominio frente a él, extremando la compostura o exagerando el desenfado, sin imaginarse siquiera que él está tan intimidado como ellos, y que tienen quie hacer un esfuerzo inicial para que no se note. Cuenta García Márquez que, conocedor de su fobia a los escenarios, en una nota que le mandó hace unos años pidiéndole participar en algún acto público, le decía: "Trata de vencer por una vez tu miedo escénico, como tengo que hacerlo yo con tanta frecuencia".

Por suerte, y nada más que eso, me encontré en el vestíbulo de la casa que el gobierno cubano reserva a dignatarios de estado que visitan la isla, situada en un idílico bosquecillo llamado El Llagado, en La Habana, en el preciso momento que Fidel Castro llegaba a saludar a unos políticos mexicanos. Apeándose del Mercedes Benz color negro, fue informado por el cuerpo de seguridad que los funcionarios mexicanos no habían llegado. "Los esperaré cinco minutos", dijo. Entró en la casa. Un poco como Charlot llegando al escenario, fui empujado por mis compañeros a recibir a Fidel Castro: "Dile algo, Diego"

Lo primero que llama la atención es su estatura, acentuada porque ha perdido mucho volumen. Está muy delgado. Tal vez se le hizo endémica su férrea disciplina de imponerse una dieta perpetua, sacrificio inmenso, pues es un hombre con gran apetito. Narra el Gabo que "un domingo sin frenos, después de un almuerzo en forma se tomó dieciocho bolas de helados. En la vida corriente apenas si prueba un filete de pescado con vegetales hervidos"

"Saludo primero al que está a mi izquierda", dijo extendiéndopme la mano. 

"Es la que está más cerca del corazón", acerté a decir. Me lanzó una penetrante mirada. Apenas terminado de saludar a mis amigos, irrumpieron casi corriendo los políticos mexicanos, excusándose por llegar tarde. 

Fuimos invitados a pasar a una sala pequeña, con una mesita baja al centro, de esas para poner cenicero o el café mientras se departe, donde presenciamos cómo comenzaba la reunión Fidel. Lo hizo con voz casi inaudible, "deveras entrecortada", como lo describe García Márquez. Avanzó paulatinamente entre la niebla, con rumbo incierto, aprovechando cualquier destello para ir ganando terreno palmo a palmo hasta que dio una especie de zarpazo y se apoderó de la audiencia. Se estableció entonces entre él y nosotros una corriente de ida y vuelta. 

-Recuerda la perra de la encargada de negocios, Comandante?, le preguntó uno de los políticos mexicanos, a manera de chispa para encender lo que duraría cuatro horas de tensión y de embriaguez. Dos de esas horas, las pasaríamos sentados. Las otras dos, parados. 

Fidel prorrumpió en carcajadas abiertas. Una risa que le duró varios minutos, comentando, entre espasmos, sobre la anécdota de la perra que la asociación canina de Cuba había expulsado meses antes por pertenecer a un especímen demasiado burgués para vivir en la isla. 

-Una perra que duerme boca arriba- seguía, ahogado de risa, recordando las notas internacionales: "Expulsan a la perra de la encargada de negocios de Estados Unidos en Cuba". Se deternillaba de risa en el sillón.

Pasado el temporal, recuperado y relajado, comenzó a hablar sin protocolo alguno. A medida que se adueñaba de la situación, empezaba a valerse del idioma que emplearía en esa ocasión: el del contacto físico directo. Yo estaba enterado de que sus discursos más difíciles parecían conversaciones casuales, similares a la que sostenía con los estudiantes en los patios de la Universidad, al principio de la revolución. También de que tenía un modo de persuadir según los distintos interlocutores. Después de los primeros minutos de palparnos a todos con la mirada, se corrió al filo del sillón. Estaba a cargo del escenario.

Abrió fuego con el tema de la fiebre aftosa. 

-Si aparece un caso en México, no lo oculten. No hagan lo que los argentinos. Escondieron que les habían aparecido casos. Cuando quisieron ponerle remedio, era tarde. Ya nadie les creyó. Si aparecen en Cuba, seguramente sería un desastre. Estamos muy preocupados y muy alertas. 

Con suma cautela abordó el tema del sida. Recordé la historia de represión a Reinaldo Arenas, el brillante escritor disidente, homosexual, que se exilió en Nueva York donde murió infectado de sida. Tomó un minuto para hacer memoria. Se tocó con el índice entre las cejas, entrecerrando los ojos:

-Tenemos 2 mil 582 casos de sida- comentó lentamente- nuestros científicos han logrado un medicamento que si tiene uno la enfermedad hasta el pecho- ilustró señalando el pecho de nosotros- lo reduce hasta los piés- remarcó apuntando a los zapatos. - Controlada de esa manera impide que sea propagada a otra persona.

Acentuando el contacto coloquial, sintiéndose dueño de la situación, pasó al contacto físico directo. El resto de la reunión frecuentemente nos tomaba de la manga, de la solapa, del botón de la camisa, sin dejar de mirarnos directamente a los ojos.

Imposible desasirse del estado irresistible y deslumbrante. El Gabo dice "Solo lo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo".

-Cuidado con el veneno de Hollywood- advirtió señalando con el índice hacia allá, hacia Hollywood. -Nuestra televisión es educativa. No tenemos violencia ni pornografía ni drogas. Transmitimos ideas-y en actitud retórica, levantando el índice- eso es básico: para transmitir ideas hay que tenerlas.

-En México vemos 263 minutos de televisión por día- le comenté- ocupamos el segundo lugar en el mundo. Apenas tres minutos menos que Estados Unidos.

-Educativa?- me preguntó

Yo sabía que su táctica maestra es preguntar sobre cosas que sabe para confirmar datos.

-Comercial. Violencia, drogas, pornografía, consumismo-le respondí

Guardó silencio unos segundos. Enseguida explicó sobre los programas de educación por computadoras en Cuba. Los esfuerzos que se están haciendo en ese rubro con la instalación de sistemas y programas para alcanzar a toda la población infantil, principalmente. Habló de los logros de la revolución en materia educativa. De ahi pasó a comentar los periódicos mexicanos.

-Así de gruesos- dijo ilustrando con el índice y el pulgar- Demasiada publicidad.

Todo el tiempo que estuvo sentado se manejó en el filo del sillón. Se movía constantemente. En parte por la pasión que imprimía a sus comentarios, y en parte, por obvia incomodidad de vestir chaleco antibalas debajo de su impecable uniforme verde olivo. También llaman la atención sus manos. Largas y flacas con uñas limpias extrañanamente crecidas. Tiene fémures de negro. Barba luenga. Fidel Castro es un hombre largo.

-Tenía 17 mil 500 regalos recibidos en cuarenta años. Hace unos meses los doné todos, anónimamente a diversas instituciones- comentó, y con una chispa en los ojos- sólo me quedaba un retrato de Breznev. Nadie lo quería. No sabíamos qué hacer con él. Sonriendo comentó:

-Hasta que me acordé que cuando estuvo en Cuba había inaugurado el Instituto de Estudios Nucleares. Allá lo mandé. Lo pusieron en un pasillo. Cedí todos los regalos menos los libros. Esos se quedan conmigo. 

Por supuesto. Son los libros su fuente de vital información. "Tal vez el aspecto de la personalidad de Fidel Castro que se ajusta a la imagen creada por sus adversarios, es la de ser un lector voraz" apunta García Márquez. "Su auxiliar supremo es la memoria. Su tarea de acumulación informativa principia desde que despierta. Desayuna con no menos de doscientas páginas de noticias del mundo entero. Durante el día, a pesar de su movilidad incansable, lo persiguen por todas partes con informaciones urgentes. Él mismo calcula que cada día tiene que leer unos cincuenta documentos. A eso hay que agregar los informes de los servicios oficiales y de sus visitantes, y todo cuanto que pueda interesar a su curiosidad infinita"

-Vino a Cuba Nikita Krushev, Comandante?- le preguntó uno de los políticos mexicanos.

-No. Iba a venir a la inauguración de la base de misiles- repuso con la misma chispa en los ojos,- La semana pasada nos visitó ese muchacho americano, ese actor, Kevin Kostner. Nos trajo la película "13 días". La vimos juntos

Para un hombre que alguna vez habló sin tregua siete horas en la televisión y cuyo promedio de una conversación ordinaria son tres horas, despues de hora y media, la reunión apenas comenaba. El timbre nebuloso, creciente y apasionado; las pausas de un tema a otro, el molino vertebral andando, aventurandose con vericuetos, sin descuidar jamas la precisión, conciente de que una sola palabra mal usada puede causar estragos irreparables, expresaba con claridad que se encontraba cómodo entre nosotros. 

-Uno de los regalos, una virgencita de este tamaño- ponderó usando ambas manos- se la entregamos a Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad. Le hio un nicho en San Francisco. Se ve tan bonita que ya le pedí que me hiciera una copia exacta a ella- y recorriendo la mano -Han visto lo que estamos haciendo en la Habana Vieja? Cuando algún edificio entra en algún programa de remodelación de Eusebio, es que ya les tenemos a quienes lo habitan vivienda nueva con todos los servicios, sin costo alguno. La recuperación de la Habana Vieja incluye renovación de los servicios. A veces no estoy muy de acuerdo con lo que hace Eusebio. Hay algo comercial en alguna de sus cosas, pero me hago un poco disimulado. Lo está haciendo bien.

Se percibía que hasta ese momento, casi a dos horas del inicio de la reunion, Fidel había caminado sinuosamente, con sumo cuidado. No había entrado frontalmente como es su estilo, a temas políticos. Se mostraba cauteloso, muy sensible, con la presencia de politicos mexicanos que habían contribuído la semana anterior, con su voto, a la abstención de México para que Cuba fuera vetada en la ONU en el capitulo de Derechos Humanos. Poniéndose de pie, dijo que hacía una hora lo estaba esperando un embajador. Sentía tener que retirarse. En realidad, entrábamos al cráter de la reunión. El Gabo hubiera sonreido. En el principio de su ensayo, escribe:

"Refiriéndose a un visitante extranjero al que había acompañado durante una semana en una gira por el interior de Cuba, Fidel Castro dijo. "Cómo hablará ese hombre, que habla más que yo". Bastaba conocer un poco a Fidel Castro para saber que era una exageración la suya, y de las más grandes, pues no es posible doncebir a alguien más adicto a él al hábito de la conversación. Su devoción por la palabra es casi mágica"

Cierto. Fidel nos tuvo otro par de horas parados a su alrededor, como jugadores de futbol americano en el centro del campo, escuchando a su quarterback.

-Cuando la madre Teresa de Calcuta vino a pedirnos autorización para fundar en Cuba su orden religiosa, me impresionó-comentó con las piernas en compás, sintiéndose a sus anchas, como si estuviera descansando después de un arduo día de labores. En realidad comenzaban. Sabido es que trabaja de noche. Dice el Gabo que antes pasaba de largo por noches y días enteros, y dormía a retazos, donde lo derribaba el cansancio. Ahora trata de dormir un mínimo de seis horas. Según vayan las coas, lo mismo puede ser a las diez de la noche que a las siete de la mañana, siguiente. Eran cerca de las diez de la noche. 

-Al verla caminar sin más equipaje que un morral sobre el hombro me dije, esa mujer es una santa. Yo estudié en colegios católicos- comentó pensativamente, y de pronto, como si hubiera sido alcanzado por una corriente eléctica habló de George Bush.

-Ese hombre es un peligro.Seguimos lo que dice. Lo hemos estudiado en la televisión. Tiene ojos de desequilibrado. No tendrámiramentos para bombardear el mundo. Los canadienses están pasando un mal momento con él. Además, tienen en casa a ukn tipo como Jean Chretin. !Ese hombre es un irresponsable! De sgeuir como va, hará que Canadá se fragmente. !Qué diferencia de Trudeau! !Él sí era un estadista!- dijo con el gesto característico de levantar la cara hacia la audicencia, remarcando con la boca en círculo. 

Llegó el tema de Elián. Lo relató como un gran reportaje hablado. Con el tono, el estilo y la calidad que impregnó este pasaje, se alcanzó la cúspide de la reunión.

-Programamos una manifestación de protesta para un lunes. Decidimos movilizar cinco mil. El sábado anterior a ese lunes, se presentaron algunos miles frente a la oficina de negocios de los Estados Unidos. Pregunté quke quién era el que los había movilizado. Me dijero que había sido espontáneo. Decidimos movilizar cinco mil para el lunes. Llegaron diez mil. No recibimos respuesta. Eldía siguiente programamos diez mil. Llegaron veinticinco mil. El miércoles programamos veinticinco mil. Llegaron cincuenta mil. Seguimos sin recibir respuesta de la oficina de negocios. Programamos movilizar cincuenta mil para el jueves. Finalmente, de la oficina de negocios de Estados Unidos nos enviaron una pequeña nota- ilustró con la mano,

-Cuando el niño regresó a Cárdenas, su pueblo, me pidieron que fuera a visitarlo. Le mandé decir que iría si pasaba el año escolar. Que no le íbamos a hacer ninguna fiesta oficial. Le hicieron una fiesta sus amigos. Cuando pasó de año me presenté en su casa. Había una fiesta con tres abuelas, dos abuelos y un montón de parientes. No me dirigí a él. Anduve por ahí saludando gente. Finalmente, me tropecé con el niño. Lo saludé igual que a otros niños. Después me fui a una recámara. Pedí que fuera a verme su padre. Le pregunté cosas de su trabajo, cosas que yo ya sabía. Me regresé a La Habana. Así terminó eso. No hubo ningún acto vandálico contra la oficina de los Estados Unidos. Nosotros nunca hemos quemdado una bandera. !Quemar una bandera es una atrocidad!

Entramos en el tema de la deuda externa de América Latina, la pesadilla recurrente de Fidel. La conclusión aritmética, simple, que al transcurso del tiempo se ha encargado de darle la razón. 

-Al principio del período especial, el dólar estaba a 50 pesos. Hoy está a 20 pesos- dijo con tono de orgullo, -sabemos lo que significa el ALCA. Esa dizque Alianza del Libre Comercio de América no es más que un deseo emboscado de la economía del imperio para apoderarse de los recursos de América Latina. !Acepta que se entrometa en tu soberanía y que tu no te metas en la mía" Ahi andan países como Argentina que lo han vendido todo, !hasta los ríos! !Mi amigo Ted Turner les compró uno! -y en tono divertido, añadió -Y Japón? Y Costa Rica? !Nosotros nomás estamos viendo a ver de qué palo se cuelgan todos!Recuperando el tono, comentó que Ted Turner era su amigo.

-Antes de que fuera tan rico le gustaba venir a pescar aquí. Yo lo acompañaba. Venía con una novia muy bonita.

"Jane Fonda?" preguntó alguien

-No. Era más bonita que esa, que ya la dejó Ted. Jane lo buscaba por su dinero. Ted es un buen hombre. Buen amigo.

En un tramo de silencio, buscando el nuevo tema, comentó, casi como pregunta que en esos días se estaban llevando a cabo los play-offs de la Liga Nacional de Beisbol de Cuba.

-Hoy jugó Industriales. Ganó 5 a 1, Comandante- le informé

Me lanzó una larga mirada, sin decir nada. Yo sabía que no le gustaba no estar enterado de todo. Comprobé lo que García Márquez escribió: 

"Una cosa se sabe con seguridad: esté donde esté, como esté y con quien esté, Fidel castro está allí para ganar. No creo que pueda existir en el mundo alguien que sea tan mal perdedor. Su actitud frente a la derrota, aún en los actos mínimos de la vida cotidiana, parece obedecer a una lógica privada; ni siquiera lo admite, y no tiene un minuto de sosiego mientras no logra invertir los términos y convertirla en victoria. Pero sea lo que sea, y donde sea, todo ocurre en el ámbito de una conversación inagotable"

Pasamos al comentario clásico que uno encuentra cuando viaja por América y nuestro interlocutor sabes que somos mexicanos: hablar de Cantinflas. Desde Argentina hasta Cuba, Cantinflas es ídolo.

-He visto dos o tres veces todas las películas de Cantinflas- dijo-pero donde no me gustó es cuando el imperio lo tomó y lo transformó en sirviente. Qué ridiculez!

Seguíamos de pie. Habíamos girado ciento ochenta grados alrededor de la mesita a partir de que anunció que se marchaba, una hora antes. Fidel se mostraba fresco, descansado. Dice el Gabo que se mantiene en excelentes condiciones físicas por varias horas de gimnasia diaria y de natación frecuente. "Se restringe a una copita de whisy puro en sorbos casi invisbles. Fatigado de conversar, descansa conversando".

-Ustedes ya están adentro- dijo dirigiéndose puntualmente a los políticos mexicanos, en obvia referencia al TLC- Ahora exíjanle a los americanos el derecho de los mexicanos de cruzar igual de un lado a otro- ponderó, ilustrando con las manos, cruzar de un punto a otro. Y con cautela, pero con claridad -Me parece que ustedes están haciendo mal en vender su país con papel. Les pagan con papel, el mismo que les han quitado!...Y tantos muertos en la frontera!...Nosotros tenemos ocho horas de filmación de cómo los rancheros americanos matan mexicanos en la frontera. Ocho horas!- dijo elevando la intensidad de la voz.

Pasando unos segundos y bajando el tono, pero ponderando con firmeza, añadió,

-Golpeenlos. Estados Unidos es un país muy vulnerable. Se le puede golpear por muchos lados. Como cualquiera que llegue en balsa lo hacen residente legal, nosotros les mandamos periodistas para que los hagan refugiados. Ellos nos mantienen informados- dijo en tono divertido.

Se intercambiaron comentarios en ese sentido. De ese tema, derivó la preocupación que Fidel tiene sobre el armamento israelí.

-Israel cuenta con más de 300 armas nucleares. Un país tan fascista no dudará en soltarlas sobre sus vecinos. Es un peligro mundial.

"Es un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables", escribe el Gabo, "con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues, e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal. Sueña con que sus científicos encuentren la medicina final sobre el cáncer, y ha creado una política exterior de potencia mundial en una isla sin agua dulce, ochenta y cuatro veces más pequeña que su enemigo principal"

Abundó en su preocupación sobre los problemas ecológicos y sociales de América Latina.

-Veo mucha inquietud social. Eso es preocupante. Pronto habrá brotes de violencia.

Disertó sobre la fuga de cerebros y lo que costaba a los gobiernos la formación de gente para que el imperio los devore.

A punto de despedirse, diciendo que el embajador tenía horas esperándolo, ofreció, mitad en tono de guasa, mitad en tono serio:

-Nosotros somos expertos en problemas. Si tienen algunos con los americanos, no duden en llamarnos. Con gusto los asesoraremos- y señalando hacia la cámara de video que tomó toda la reunión, comentó -No hagan público algunas de las cosas que aqui dije, antes de que las diga ahí arriba- subrayó, apuntando hacia una palestra imaginaria.

Aceptó el regalo de unas botellas de vino de Baja California.

-Si no me gusta no diré nada. Pero si me gusta,le diré a todos lo bueno que es el vino mexicano- cerró al tiempo que autografiaba fotos viejas a vuela pluma, con un plumón que usan políticos y artistas, ese que marca en cualquier superficie, asegurando con voz apurada, antes de salir corriendo, que todas las fotos que se habían tomado durante la reunión, las firmaría en la siguiente visita que hiciéramos.

Me quedé pensando en el párrafo final del ensayo de Gabriel García Márquez.

"Una noche, mientras tomaba en cucharaditas lentas un helado de vainilla, lo vi tan abrumado por el peso de tantos destinos ajenos, tan lejano de sí mismo, que por un instante me pareció distinto del que había sido siempre. Entonces le pregunté qué era lo que más quisiera hacer en este mundo, y me contestó de inmediato: pararme en una esquina"

EL LUGAR DEL ESCRITOR.
Por: Diego Moreno - 2020-06-17

Es aquel desde donde escribe, un lugar interno que va con el a todas partes. Da mucho placer. Flaubert hablaba de cópula. Es eso, exactamente.

Tengo mis reservas para leer historias en las que algún escritor sea personaje. Me entusiasma mucho más leer sobre un pescador, una puta,un albañil o un investigador privado pero, ¿sobre un escritor?. Es harto narcicista y carente de imaginación. El escritor que escribe historias donde los escritores son personajes, es alguien que ha leido lo que otros han escrito pero que no ha vivido lo que aquellos. Los grandes autores relatan lo que sus personajes se atreven a vivir. Pedro Páramo, Aureliano Buendía, Huckleberry Finn, Ana Karenina,Don Quijote, Martín Fierro, Sartoris y tantos otros que dan sentido al epigrama de Proust "vale más soñar la propia vida, aunque vivirla es también soñarla"

Claro, escribir un libro solo lo hace cualquiera. La cosa es escribir un libro en el que participan un sinnúmero de desconocidos: tipos y tipas que se dedican a cambiarte el curso del relato, el estilo, la geografía, y que hasta tienen la desvergüenza de enlodar la reputación de tu personaje favorito diciendo por ejemplo "Delio Carrasco es fanático de los Chargers"

Mario Vargas Llosa, en su extraordinario ensayo "Extemporáneos: un mundo sin novelas", dice "...deploro que aquellos millones de seres humanos que pudiendo leer, han renunciado a hacerlo. No solo porque no saben el placer que se pierden, sino desde una perspectiva menos hedonista, porque estoy convencido que en una sociedad sin novelas, o en la que la literatura ha sido relegada a los márgenes de la vida social y convertida poco menos que en un culto sectario, está condenada a barbarizarse espiritualmente, a comprometer su libertad. La novela, lejos de ser un pasatiempo de lujo, es, además de uno de los más estimulantes y enriquecedores quehaceres del espíritu, una actividad irreemplazable para la formación del ciudadano en una sociedad moderna y democrática, de individuos libres, y que por lo mismo, debería inculcarse en las familias desde la infancia y formar parte de todos los programas de educación como disciplina básica.

La literatura, a diferencia de la ciencia y la técnica ha sido y seguirá siendo, mientras exista, uno de esos denominadores comunes de la experiencia humana...nada mejor al ser viviente contra la estupidez de los prejuicios, el racismo, la xenofobia, de las orejeras pueblerinas del sectarismo religioso o político, o de los nacionalismos excluyentes, como esta comprobación incesante que aparece siempre en la gran literatura: la igualdad esencial de hombres y mujeres de todas las geografías y la injusticia que es establecer entre ellos formas de discriminación, sujeción o explotación. Nada enseña mejor que las buenas novelas a ver, en las diferencias étnicas y culturales la riqueza del patrimonio humano y a valorarlas como una manifestación de su múltiple creativiad. Leer buena literatura es divertirse, si; pero tambien aprender...esa complejísima suma de verdades contradictorias -como las llama Isaiah Berlin- de que está hecha la condición humana. Ese conocimiento totalizador y en vivo del ser humano, hoy, solo se encuentra en la novela"

"Gracias a la literatura", sigue diciendo Vargas Llosa, "la vida se entiende y se vive mejor, y entender y vivir la vida mejor significa vivirla y compartirla con los otros. A Borges le irritaba que le preguntaran: "¿Para qué sirve la literatura?" Le parecía una pregunta idiota y respondía: "¡A nadie se le ocurriría preguntarse cual es la utilidad del canto de un canario o los arreboles de un crepúsculo!" Una comunidad sin literatura escrita se expresa con menos precisión, riqueza de matices y claridad que otra cuyo principal instrumento de comunicación, la palabra, ha sido cultivado y perfeccionado gracias a los textos literarios...una humanidad sin novelas se parecería mucho a una comunidad de tartamudos y de afásicos...una persona que no lee, o lee poco, o lee solo basura, puede hablar mucho pero dirá siempre pocas cosas, porque dispone de un repertorio mínimo y deficienteNo es una limitación solo verbal; es al mismo tiempo, una limitación intelectual y de horizonte imaginario, una indigencia de pensamientos y de conocimientos. Se aprende a hablar con corrección, con profundidad, rigor y sutileza gracias a la buena literatura y sólo gracias a ella. Ninguna otra disciplina ni rama alguna de las artes, puede subtituir a la liteartura en la formación del lenguaje con que se comunican las personas...significa estar mejor preparado para pensar, enseñar, entender, dialogar, fantasear, soñar, sentir y emocionarse...toda buena litearatura es un cuestionamiento radical del mundo en que vivimos. En todo gran texto de ficción, y sin que muchas veces lo hayan qurido sus autores, alienta una predisposición sediciosa...la literatura no dice nada a los seres humanos satisfechos con su suerte, a quienes colma la vida tal como la viven. Ella es alimento de espiritus indóciles y propagadora de inconformidad, una sociedad democrática y libre necesita ciudadanos responsables y críticos, conscientes de la necesidad de someter continuamente a examen el mundo en que vivimos para tratar de acercarlo -empresa siempre quimérica- a aquel en que quisiéramos vivir...y no existe mejor fermento de insatisfacción frente a lo existente que la buena literatura. Para formar ciudadanos críticos e independientes, difíciles de manipular, en permanente movilización espiritual y con una imaginación siempre en ascuas, nada como las buenas novelas...la literatura es su combustible"

CON MIRADA DE ESCUDERO. Por Diego Moreno
Por: - 2020-06-27

Sancho Panza era un tipo con sentido común. Terrestre, objetivo, práctico. Y agudo. O sea, aquel modesto escudero de Don Quijote -un señor que pensaba con el corazón- poseía cualidades de un hombre de Estado. La mirada de Sancho Panza estaba pueta en los hechos de la realidad, no en los sueños; en la factibilidad, no en la esperanza; en los resultados, no en la retórica. (En sus vidas anteriores ha de haber sido muchas veces mujer, tenía visión abarcadora, multimodal y giratoria con agudeza de halcón. Nota feminista de la R.)

Sancho tenía la mirada puesta en lontananza y las manos en las riendas de su burro. Era un ente raro, de esos escasísimos espíritus libres -tan incómodos- que pregonan que el rey duerme sin la corona puesta, o sea, era catastrofista, pesimista, excéptico, aguafiestas, etcétera. Era de esos que al ver un torpedo avanzar por las aguas en dirección al barco que viaja dice ahi viene un torpedo a hundirnos. Estaba en las antípodas de nuestro López El IV que habla de abrazos en lugar de balazos,o de que el covid 19 no requiere de cubrebocas. (En el etcétera que antecede a la figura del torpedo, a la recomendación de los abrazos y a las gripillas provocadas por el Covid19, se contemplan todo tipo de dogmas, incluyendo los revolucionarios: toda revolución termina en religión. Nota Libertaria de la R.)

Si aquel aldeano viviera en nuestro tiempo le quedaría muy claro el ciclo de la historia en que vivimos.. Hablamos de un Sancho Panza que sabría leer y escribir funcionalmente , o sea, un ente abismalmente más dotado que Trump.

Sin requerir apearse del burro, con su PC en la alforja de cuero y un iPhoneX en sus manos, el bato no se andaría con abstracciones ni dialéctica ni divagaciones metafísicas. Llamaría al pan, pan y al vino, vino. (No andaría con juatsaps cursis, esa avalancha de melcochavitis. Nota trendy de la R.)

Soy un convencido de que siendo como era de objetivo, sin intereses, prejuicios, apegos, dogmas y sabiendo leer funcionalmente y tener la mirada en comento, concluiría que el libro que hizo rock star a su señor -un ícono infaltable en la decoración de los bufetes de abogados mexicanos, esos profesionales del antifaz - fue, en su concepción más profunda, una sátira, una burla del hombre del barroco al hombre feudal. Como lector voraz y a la vez selectivo, estaría enterado de la historia universal y la cadena de guerras, revoluciones y genocidios que han sucedido desde antes y después de que Don Alonso Quijano arremetiera contra los molinos de viento. Y las que inexorablemente,vendrán en nombre de algo, alguien o simplemente porque se me antoja lo que dices que es tuyo. Le quedaría muy claro la condición depredadora del hombre. Tal vez a partir de esa revelación -nadie enseña nada a nadie, uno aprende- verificaría que la historia se interpreta partiendo del alma y que todo hecho no es un asunto de física, esa de causa y efecto -tan decimonónica, tan eurocentrista- sino algo orgánico, espiritual, racial, entendiéndose por raza como algo cósmico, algo que se refiere al alma y que obedece a ciertas periodicidades y en su intimidad se halla condicionada or las grandes relaciones astronómicas, algo que brota sin propósito alguno, carente de sentido, como flor silvestre, que tiene su cosmovisión privada y única -nadie es igual a nadie- y que, como todo organismo, envejece y muere. Entendería que en este mundo nada es eterno, nada es para siempre y nada renace. (Nota fatalista de la R.)

Todos los frutos le caerían en las manos. Se detendría a mirar y ver el simbolismo que encierra el ascenso al poder de Donald Trump. Lo interpretaría como la reacción senil, tardía, de la vieja sangre patricia, la de los founding fathers -anglosajones de pura cepa, sin negros, ni cafés, ni rojos, ni amarillos- frente a la invasión de los pueblos blancos de color, -Este Europeo, Eslavos, Hispanos- y los provenientes del mundo musulmán, todos ellos pueblos que han padecido el destino de Occidente, pueblos que fueron y siguen siendo, vejados, manipulados, explotados, esclavizados y arrastrados por la voluntad del sino trágico del alma nacida en la costa atlántica de la península asiática denominada Europa. (By the way, la península arábiga es más grande que el "continente europeo", incluyendo la no tan gran Bretaña, Irlanda e Islandia. (Nota GIS de la R.)

El escudero miraría a Donald Trump -al trumpismo- como un fenómeno natural del ciclo que vivimos, "correspondiente" al de su par imperial de la antigüedad, el también especulador inmobilliario, Marco Licinio Craso, quien alguna vez compartió el poder con Julio César y Pompeyo y quien en forma crudelísima ordenó asesinar a garrotazos a 6 mil esclavos, seguidores de la rebelión de Espartaco. (Una suerte de dreamers de la época. Nota cíclica de la R.)

Sancho Panza percibiría que la cosmovisión de la civilización dominante en el mundo de hoy, brotada de las creaciones poderosas de una mitología de grandioso estilo de la sangre vikinga y la de los caballeros germanos que dio origen a la épica caballerezca que motivó a su señor a soñar con ser un caballero andante, está entrando en la fase de taedeum vitae -tedio por la vida-de toda civilización envejecida, hedonista y burguesa, un tedio donde la pasión por vivir, el goce y la espontaneidad en el trato personal, la armonía con la naturaleza, el vínculo tribal, la sobriedad y la tradición, la plenitud suprapersonal y  las costumbres arraigadas a la tierra han sido substituidas globalmente por el consumismo, la soledad, el pragamatismo feroz, la competencia entre bestias humanas, la especulación, la búsqueda de nuevas y exóticas sensaciones, el nomadismo urbano, el errante nocturno, la masificación de los hábitos -ostentación y dispendio como moda-  el grillete del branding, del gigantesco circo del entretenimiento, la vida light de nuestros días: en suma, el americanismo del mundo, incluyendo a todos los tigres asiáticos encabezados por China, los países árabes, latinoamericanos, y la meseta del Indostán, como Irán. Del mismo modo Israel, India y Paquistán -pueblos "de color"- que debido a la codicia y la arrogancia de Occidente, ya poseen tecnología "equivalente" a la carabina Winchester con la que los Sioux terminaron con Custer: la bomba atómica.

El Sancho Panza que concibo -no el decimonónico, no el eurocentrista, no el gringo, no el divagante izquierdista de la rive gauche del Sena- es un ente impregnado con la mirada que da la tierra y no le interesa la dialéctica, ni las verdades absolutas, eternas e inmutables, alguien que habría comprendido que la milenaria sabidiría del alma China ha sabido mimetizarse de global (gringo) en su forma de combatir ante el otro. Vería -entre muchos- a Jake Ma, el genio mercantil de AliBaba -y con él al significativo "alibabismo"- como un símbolo mayor de la rueda imperial y expansiva que tiene que girar inexorablemente hacia su cumplimiento, por encima de todo y a pesar de todos. Comprobaría que existen grandes CEO's "chinos", "hindús", "malayos", "coreanos", "persas", "árabes", "latinos" que se han mimetizado en su actitud expansiva -forma de combatir y costumbres- de occidentales y que ya concentran el dinero y el poder político en forma parecida a lo sucedido en la ex Unión Soviética de Putín The Great. Sucedió en Roma con los fenicios -mimetizados de ciudadanos romanos- que llegaron a controlar el comercio del imperio en su fase final, en tiempos de Trajano ("Español"), Aureliano ("servio"), Séptimo Severo ("Libio"). Hubo -y hay, en nuestros días- una Roma Intramuros y una Roma Extramuros. La "Roma Intramuros" de la actualidad, está todavía, en el Monte Palatino de Occiedente, el triángulo Boston-Washington-Nueva York. La Roma Extramuros, es el resto del mundo, incluyendo la achacosa Europa Occidental, y todo aquel usuario de internet, ambos tomados de la mano van a lo que cualquier tragedia de Shakespeare. ¿Esperar que la rueda del ciclo de la historia se detenga? ¿Que la cosa "mejore"? ¿Que las manzanas sanas limpien a las podridas? ¿Que puedan ser derribados los molinos de viento con la lanza de un jinete anoréxico montando un caballo carrancista? ¿Alguien da el paso al frente? 

Hablamos de hechos, no de discurso. (Para nuestros tiempos, nuestros papeles. Nota "Casting" de la R.)

Desde su burro, Sancho Panza se enteraría de la manipulación de la masa por los medios sirviendo a la política privada y familiar, la concentración del dinero -exponencial, para unos cuantos, Amazon, Facebook, Google, etcetera- el poder político como botín -gobiernos populistas de la actualidad-, el pretorianismo yanqui apoderandose de la oficina oval de la Casa Blanca -el creciente militarismo rector de la política gringa- las naciones convirtiéndose en una población informe -migraciones, adicciones al internet, deportes extremos, trata de humanos, opioides, ingeniería genética, espectaculos, negocio de la guerra, del terrorismo, de la pedofilia, turismo-shoping, turismo sexual, de salud, de cirujía estética, en suma, la agresión hipócrita e ininterrumpida a la naturaleza. Comprobaría la lenta sumersión de la civilización Occidental -como lo fue en otras del pasado- en los estados primitivos de la humanidad a pesar de vivir una vida civilizadísima.

Pensaría mucho en su señor al enterarse de la tecnología Occidental arremetiendo contra la naturaleza. Estaría al corriente que desde la Revolución Industrial se han infligido lesiones irreversibles al planeta tierra, como en ninguna otra civilización del pasado. No tendría dudaque al hombre Occidental y sus agregados, les sucedería lo mismo que a Don Alonso Quijano arremetiendo a los molinos de viento, la misma locura. ¿Basura satelital? ¿Una colonia en la Luna? ¿A qué ir a Marte? ¿A qué el colisionador atómico? ¿Ingeniería climática? ¿A qué el Hubble? ¿Clones humanos? ¿A qué incrementar la durabilidad humana? ¿Esclavitud de un descolorido planeta azul y sus habitantes desde el espacio exterior? ¿Vida o estadística?

Reflexionaría que China se ha dedicado a priorizar el mejoramiento de las condiciones de vida de su población aqui en el planeta tierra con un férreo sistema político de meritocracia, disimulando su interés de sentarse en el asiento del piloto global, aceptando que los mil trescientos cincuenta millones de ciudadanos significan, necesariamente, un mercado siendo atrapado en forma reciente por el branding, el Gran Capataz de nuestros días. El escudero pensaría que su desarrollo de tecnología de guerra -con voluntad de potencia en la técnica inexistente antes de la invasión de Guillermo el Conquistador invadiera Inglaterra, dando con ello principio a la civilización Occidental- era una suerte de bumerang histórico ya que toda la tecnología en el siglo XIV en Europa era de origen chino. Sonreiría solo de pensar que su señor arremetiera a los molinos de viento con una lanza, que hoy, un simple bazookazo resolvería el tema.

La sangre vikinga y la de los caballeros germanos -el ADN de las naciones Occidentales que se refleja en el pánico del trumpismo- siente el asedio de los pueblos jovenes, mientras sus propias coyunturas están herrumbrosas. A esas naciones, las genuinamente "Occidentales" -USA, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Norte de Italia, Escandinavia, Holanda, Australia y Nueva Zelanda- saben que esta es una lucha de supervivencia, a muerte. Y saben tambien, que al no renovar su sangre -son paises viejos, sin partos- son futuros grandes derrotados por masas extranjeras. Nuestro aldeano de La Mancha reconocería en Putin The Great es un oriental con la misma astucia que Gengis Kahn y su Horda de Oro, la que aniquiló a los caballeros de Hungría y Alemania. ("Ese cosaco tiene la mirada puesta en la conquista del mundo, sabe esperar...dejara de ser oriental". Nota de opio de la R.)

Sabría que por la condición humana misma, comprobada en sus lecturas de la historia univerrsal, que no ha existido nación que sintiéndose fuerte, no piense en función de expandirse. China no será la excepción. Ahora que se está "abriendo al mundo", como dice Jake Ma, ahora que no es el País de Enmedio que los ingleses saquearon y arrasaron, el panorama es otro. China va por eso. La gigantesca lucha no es una cuestión de moral, de "buenos" contra "malos", ya que finalmente -siempre- gana "el bueno". La historia universal es el máximo tribunal, siempre da la razón al más fuerte, al más decidido. Ni de justicia, ni de derecho: es simplemente un asunto de intereses, como han sido todas las guerras. 

El poder global está cambiando de manos en forma incipientemente trágica. La gigantesca lucha por el asiento del piloto de la política y con ella, de la economía global, está en proceso en múltiples formas. El juego de serpientes y escaleras estpa a la vista. (Nota fatalista de la R.) (Al tiempo. Nota objetiva de la R.) 

Para el Sancho Panza que imaginamos, para el que tiene la mirada cognocitiva que a pocos hombres les es ha sido dado por naturaleza, pensaría que las más de 2 mil bombas atómicas detonadas después de Hiroshima y Nagasaki, "por la democracia y el mundo libre", al igual que el demencial arsenal del club de la bomba, son el torpedo que estaría divisando venir contra el barco. Ante esas circunstancias, concluiría que solo le restaría hacer lo necesario, o no hacer nada. Una opción de sentido común sería actuar como el par de millonarios del Titanic que enterados que se hundirían, ordenaron champan y se sentaron a escuchar música mientras llegaba la ola que los devoraría. La otra es intentar tapar el agujero hecho por el iceberg al casco del barco. (Nota taquillera de la R.)

Recordaría cuando descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento y que Don Quijote le dijera, 

-Con esos gigantes pienso hacer batalla y con sus despojos comenzaremos a enriquecer.

-¿Qué gigantes?

-Aquellos que ahi veis, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

-Mire vuestra merced, que aquellos que allí os parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas.

-Bien me parece que no estais cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes, y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Nada qué hacer cuando el hombre confunde molinos de viento con gigantes con brazos de "casi dos leguas". El originario de una aldea, comprobó en los hechos, no en los libros, no en la dialéctica, no en los dogmas, que era preferible ser un buen espectador a ser un mal actor, un mal comediante, un farsante. Son los hechos, y nada más que los hechos los que conforman la historia. Todo lo demás, era paja.

Ya casi sin carga en el iPhone y en la PC buscaría un Starbucks cercano. Pediría un smoothie y mientras se cargaban sus equipos, ordenaría por Amazon un libro de superación personal; por AliBaba un té Long-Jing de China; por Delta, y luego que pasara el Covid19, un boleto de Primera Clase a Nueva York; por TriVago una habitación en el Sheraton de la Quinta Avenida donde le tendrían listo un guardarropa para el maravilloso clima otoñal de la gran manzana. Para cuando llegara, le estarían esperando el libro, el té, los trajes y chaquetas Armani y Hermenegildo Segna, las camisas Brooks Brothers y Hillfiger, los sweaters y bufandas de cashemira, los zapatos Johnston & Murphy y Cole Haan, los calcetines CK, la ropa interior Hugo Boss, el sombrero Borsalino y un clásico abrigo New Yorker. Lentes para el sol Bulgari, en el aeropuerto. Reloj Longines Artd Deco 1924 con correa de cocodrilo. No necesitaría corbata. Los metrosexuales no la usan, ni el cinturón. Van desfajados.

Cuando el Uber pasó para transportarlo al aeropuerto, ya estaba enterado de los estrenos de Broadway, de las exposiciones temporales en el Metropolitan y el Guggenheim, de los eventos en Central Park, de los lanzamientos en Bloomingdale´s y del pitcher abridor del New York Yankees que lanzaría contra los Red Sox de Boston en el juego inaugural de la serie mundial de beisbol. Desayunaría en el Barney Greengrass un Salmon con alcaparras y pan de centeno. Cenaría en el Algonquino´s un gazpacho andaluz, unos caracoles a la Borgoña y como platillo central, un Delmonico Steak rociado con un Grand Cru de Medoc. Remataría con una cascada de chocolate y un chinchón dulce.

Octubre en Nueva York es de película.

Hacer lo necesario o no hacer nada, era la cuestión. Una tarjeta de crédito era lo que se ocupaba para vencer a los molinos de viento.

-Wish you were here, mi Señor!

The End 

(En inglés, todavía el idioma latín de nuestro tiempo. Nota esencial de la R.)